Si soy sincera, no me llamaba mucho
la atención la nueva película del directos Chris Columbus pero, mientras los
minutos de la película pasaban y recordé mi infancia y el cómo crecí jugando
videojuegos, la concepción que tenía de la película cambió y por mucho.
Sam Brenner y William Cooper son
dos amigos que se inscriben al campeonato mundial de videojuegos arcade y como Sam posee un talento nato en los juegos de arcadia decide darse esa
oportunidad y competir; además de que ese evento sería grabado y mandado al
espacio.
Durante el campeonato Sam es
derrotado por “Lanzallamas” en Donkey Kong, destruyendo las ilusiones de Sam de
llegar a ser alguien en la vida.
Lo que nadie sabía era que los
extraterrestres tomarían aquel video lanzado como una amenaza de guerra por lo
que años después aceptan el desafío y comienzan a invadir el planeta Tierra
mediante ataques con pixeles y estrategias de los videojuegos conocidos de
arcade. Es cuando y William Cooper, ahora presidente de los Estados Unidos,
recurre a su viejo amigo Sam y sus conocimientos en videojuegos para poder
derrotar a la amenaza pixeleada.
Una película muy graciosa que
sacará ese niño interior de muchos de nosotros que crecimos con esos juegos:
que íbamos a las maquinitas puestas en las tiendas o en las farmacias, aquellos
niños cuya primera consola fue el Atari o el NES.
Si eres gamer entenderás muchos
chistes, escenarios, alusiones a videojuegos nuevos o retros, entenderás el
lenguaje y te divertirás porque la película es demasiado gamer y me consta, demasiado friki.
¡Queremos mascotas pixeleadas! Además
de darme cuenta de que he desperdiciado 28 deseos de cumpleaños y un sinfín de
11:11hrs para pedir mi deseo de tener a Dante en esta vida real…cuando vean la
película me entenderán.
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