Uno de mis animales favoritos son
las tortugas pero lamentablemente por varias razones, principalmente por caza y
venta clandestina de estas, la mayoría de las especies se encuentran en peligro
de extinción.
En mi último viaje tuve la fortuna de ir a Puerto Escondido, una
hermosa región del estado de Oaxaca en México; el cual, además de tener unas
playas y bahías bellísimas, tiene la fortuna de ser el territorio que las
tortugas eligen para poner sus nidos. En estas vacaciones con mi familia,
tuvimos la oportunidad de una actividad que se llama “Liberación de Tortugas” misma que consiste en eso precisamente,
liberar tortugas.
Pero pensarán, ¿las tienen
cautivas? No, para nada. Lo que pasa es que son asociaciones independientes que,
junto con la Marina Nacional, se dedican a la detección de los nidos, así como
el resguardo de los mismos mediante el monitoreo para que no sean robados por
los vendedores clandestinos los cuales, roban los huevos o a las pequeñas
tortugas. Cuando las instituciones aíslan los nidos, ellos ayudan a las
pequeñas tortugas a salir una vez que sus huevos han reventado y así evitan que
mueran asfixiadas por la arena. Una vez que son rescatadas, no las ingresan
directamente al mar, ya que como son bebés, son muy débiles y propensas a ser
comidas por los depredadores (aéreos y acuáticos), por lo que las llevan a un
refugio donde las tienen en observación hasta que ya estén más fuertes para
nadar y así tener más posibilidades de sobrevivir.
Antes de la liberación, le dan a
los valientes que quieran hacer la buena acción y tener la experiencia, un
pequeño caparazón creado con la cáscara de una semilla, misma que tiene unas
figuras muy bonitas grabadas. Una de las indicaciones que te dan durante la
explicación de los expertos, es que no las toques; esto debido a que ellas son
bebés, y cualquier contacto puede ocasionar que enfermen y no sobrevivan.
Cuando te dan a la pequeña, te sitúas a unos cinco metros del mar: es ahí donde
viene el trabajo de la pequeña tortuga, ya que ellas, por su instinto,
comenzarán a caminar hacia el mar e intentar sobrevivir.
Mientras le echas porras a tu
pequeña tortuga, puedes ver como todas las demás van hacia el mar.
Una experiencia sin duda
indescriptible y que nos hace reflexionar sobre cómo estos pequeños seres, a
pesar de la adversidad, siempre luchan por salir adelante para así poder regresar
a la misma playa que las vio nacer.
Nota: En esta ocasión liberamos
la Tortuga Golfina.
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